A mediados de agosto llegaba desde la Confederación Europea del Calzado la petición del gobierno francés a la UE para registrar como propio el proceso de fabricación de la alpargata denominándolo «Espadrille de Mauleón». El intento ha quedado paralizado a petición de las asociaciones españolas hasta la definición por la Unión Europea de las Indicaciones Geográficas (IG) entre las que se estudia la de «Yute de Caravaca».
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